domingo, 14 de junio de 2009

El verano y sus terrazas...guaridas de fantasmas.

¡Al fin! Después de un largo y frío invierno, el verano ha llegado a España y con él los proyectos para las vacaciones, los conciertos y festivales, las terrazas y las horchatas de chufa. Desde luego que también irrumpen los calores y las insolaciones.
El verano español cada vez se parece más al africano, es decir, cada día se vuelve más seco, duro e insoportable y, a pesar de los consejos para evitar quemaduras y prevenir el temible cáncer de piel, los jóvenes y algunos no tan jóvenes, inundan los jardines o las piscinas públicas y tratan de aprovechar cualquier rayo de sol para “coger color” y ponerse morenos.


Las actividades veraniegas se intensifican a medida que sube la temperatura, especialmente aquéllas relacionadas con la vida en las terrazas y los bares que abren sus puertas de par en par para recibir a los sedientos turistas que saborean una “caña” (vaso de cerveza) o un vermú de grifo con pincho de escabeche. Según el Anuario Económico de España 2005, existen en el país 320 mil 953 bares, cafeterías y restaurantes, lo que supone uno por cada 135 habitantes en promedio. Dicen que en Madrid hay más bares que en Noruega.

Cierto o falso, lo que sí hay es variedad. Hace unos meses, el escritor Moncho Alpuente publicó en la revista MADRIZ, un artículo especial sobre las tabernas del barrio de Malasaña. En él, escribía: “Ni los tsunamis inmobiliarios, ni las nuevas olas, ni las duras resacas de la represión en los años de plomo, pudieron con la secular institución de la taberna”.

En efecto, la vida cotidiana de los españoles no se puede entender sin la presencia del “bareto de la esquina”, la “tapa” o el aperitivo antes de la comida. Llueva, truena o relampagueé, se sale a la calle y se recuperan los espacios públicos y las plazas para instalar mesitas al aire libre. Muchas de esas tabernas tienen el encanto de las cantinas mexicanas, como La Ópera, La Puerta del Sol o El Nivel, en el centro histórico de la ciudad de México. Los bares madrileños como la Casa Camacho, La Copla o La Huevería son, al igual que sus hermanos mexicanos, tribuna filosófica o mostrador de gramática castellana. Para muestra, este cartel rotulado que puede leerse en uno de estos santuarios dedicados a Baco: “Prohibido cantar, bailar, blasfemar y hablar de política”.
Pasan los siglos, cambian las costumbres, pero sólo las tabernas y las cantinas permanecen como “guaridas de fantasmas”, apuntaría Moncho Alpuente.



jueves, 11 de junio de 2009

Buenas noticias

Últimamente las buenas noticias escasean. Cuando no son las víctimas de los narcoterroristas, son los efectos de la gripe A, o las consecuencias de la crisis económica. Por eso, cuando aparece una buena nueva en nuestros horizontes, hay que cacarearla como gallina clueca.
Esta es una extraordinaria noticia para todos los mexicanos y las mexicanas, seamos o no universitarios:

La UNAM, Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
El galardón reconoce a la Universidad Nacional Autónoma de México, la mayor institución académica del mundo de habla hispana.
Es, como dice el corresponsal de El País en México, "un reconocimiento al pasado orgulloso de México -de las aulas de la UNAM surgieron tres premios Nobel y ocho premios Príncipes de Asturias- y a su compromiso con el futuro: más de 35.000 profesores y casi 300.000 estudiantes la convierten día a día en la mayor institución académica del mundo de habla hispana".
¡¡ Goya...Goya... Universidad !!