sábado, 25 de julio de 2009

¿Crisis o vacaciones?

La Côte Sauvage, en el Atlántico francés.

No cabe duda que los calores se mitigan mejor con música y una buena terraza al aire libre donde tomar una cerveza, un “tinto de verano” (mezcla de vino tinto y gaseosa) o una buena jarra de sangría. Llegó de lleno el verano también con sus rebajas, descuentos, paquetes vacacionales y atascos en las carreteras que salen de las grandes ciudades para dirigirse al mar o la montaña. Madrid, en agosto, casi parece una ciudad fantasma con una buena parte de sus negocios cerrados “por vacaciones” y con la reverberación de la onda calurosa que obliga a los turistas y a los pocos madrileños que quedan a refugiarse en los recintos con aire acondicionado o, por lo menos, bajo la sombra de un árbol en el parque del Retiro o en el Paseo Pintor Rosales. Una horchata de chufa o un granizado de limón vienen bien para mitigar la sed.

Decíamos que en esta temporada hay pocas cosas buenas de las que sentirse satisfecho y es que este verano ha sido sui generis para los españoles: la crisis económica que están viviendo después de doce años de bonanza, les ha marcado en los usos y costumbres de toda la vida. Una reciente encuesta publicada en el periódico Expansión daba la voz de alarma sobre quién sería el vencedor: “¿La crisis o las ganas de vacaciones?”. El estudio señalaba que gran parte de las familias se planteaba reducir o incluso renunciar a las vacaciones, por ejemplo, en las estancias veraniegas junto al mar. Si antes una familia solía alquilar un departamento durante un mes, ahora lo hará por 15 días o una semana; si la costumbre era comer en restaurantes, ahora mamá tendrá que cocinar todos los días, ¡menudas vacaciones! A estas alturas de la temporada, los carteles de “se alquila piso” no se han retirado de los numerosos balcones con vista al mar… ¡algo impensable en otros años!

Las primeras cifras estivales obligan a los hoteleros, los restauranteros y los dueños de las agencias de viajes a mostrarse abiertamente preocupados por la difícil situación que están enfrentando. La capacidad adquisitiva de los hogares ha disminuido y ya se nota que la subida de los precios y de las hipotecas está dejando huella en estas vacaciones. La crisis ha esquilmado a tal grado los bolsillos de los ciudadanos de este país, que los grandes almacenes empezaron las rebajas casi un mes antes del inicio oficial del asueto veraniego y, hoy, ofrecen descuentos hasta del 70% en todos sus artículos. Ni así han logrado atraer a la clientela de otros tiempos.

Playa de los Castro en Galicia, casi esquina con Asturias.